domingo, 24 de febrero de 2008

Actualidad: Japón, Australia, y las ballenas.


Este año, la controvertida campaña ballenera de Japón está llevando las relaciones internacionales entre el país nipon y Australia, al borde del abismo.

El pasado mes de Enero los balleneros japoneses "secuestraron" a dos ecologistas en su buque, reteniéndolos en contra de su voluntad durante la campaña de la Antártida. est hecho llegó a provocar la intervención de las autoridades de ambos Estados.

Los balleneros japoneses realizan desde diciembre una faena destinada a cazar a unos mil rorcuales aliblancos o Minke (Balaenoptera acutorostrata) en la Antártida. Greenpeace y el movimiento de protección de la naturaleza australiano Sea Sheperd enviaron barcos al lugar para impedirles actuar. Dos militantes de Sea Sheperd abordaron uno de los balleneros. Una vez a bordo del navío, entregaron a los japoneses una orden del tribunal federal de Sidney que prohibía a Japón cazar ballenas en las aguas denominadas "santuario" de la Antártida.

Según Paul Watson, dirigente de Sea Sheperd, el Instituto japonés de Investigación sobre los Cetáceos advirtió de que "los rehenes sólo serían liberados" si su movimiento acepta "no perturbar la caza de ballenas".El gobierno australiano pidió a las autoridades japonesas que facilitaran la liberación de los dos ecologistas. Tokio desmintió esta versión de los hechos y afirmó que el ballenero japonés "había enviado mensajes" al navío de Sea Sheperd para intentar entregar a los dos hombres, pero que el grupo ecologista "no respondió", de acuerdo con el gobierno japonés.

Tras este incidente la flota japonesa se vio retirada de la campaña durante tres semanas, tras las cuales retornó a aguas Antárticas para proseguir sus "labores de investigación".

Pese la sentencia que prohibía la caza en aguas del santuario Antártico pertenecientes a la reserva marítima de Australia, y declaraba estas actividades ilegales, los grupos ecologistas pudieron presenciar como la flota ballenera mantenía su ritmo de captura, 9 rorcuales aliblancos y 1 rorcual común al día. El gobierno japones no reconoce la sentencia, al considerar que el gobierno Australiano no tiene competencias sobre las aguas donde se realizan las capturas.

Al margen del conflicto en el Océano Pacífico, la disputa continúa en "los despachos".

Representantes del Gobierno japonés volvieron a abogar el pasado día 1 de Febrero, por la reforma de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que aprobó una moratoria para la caza de cetáceos, por considerarla anticuada.

Se celebró en Tokio una convención sobre el futuro de la caza de ballenas con representantes de 28 países, auspiciado por el Ejecutivo japonés, en el que también participaron como observadores miembros del grupo ecologista Greenpeace. En una rueda de prensa en el Club de Corresponsales Extranjeros, expertos nipones que participaron en ese encuentro criticaron la caducidad de las leyes que rigen la caza de ballenas e insistieron en la necesidad de una modernización de la CBI.

El presidente del simposio, Neroni Slade, indicó que la moratoria de la caza de ballenas aprobada hace 26 años es ahora un motivo de conflicto "más político que científico", que considera ha sido ganado por los movimientos ecologistas y conservadores. La caza comercial de ballenas está prohibida desde 1986 por la Comisión Ballenera pero Japón sigue llevando a cabo esas capturas cada año, hasta un número de mil ejemplares, alegando razones científicas, en medio del escepticismo internacional.

Joji Morishita, representante de la gubernamental Asociación de Pesca japonesa, censuró a los medios de comunicación por destacar la caza de ballenas como una actividad más comercial que científica y dijo que "las cosas no son blancas o negras", en relación a las críticas que recibe Japón.

Slade, por su parte, consideró que el asunto se encuentra "en un punto muerto" y admitió que existe "un sentimiento internacional de condena hacia el uso comercial de la caza de ballenas y, del mismo modo, una conducta excesiva de activismo en los mares". "El uso comercial de la caza de ballenas está creciendo y además se está situando entre los límites de las reservas de los océanos establecidos por la CBI y el Océano Índico y el Antártico y, lo peor, está aumentando fuera del control internacional", concluyó Neroni Slade.

El 7 de Febrero el servicio e Aduanas Australiano, a través del buque rompehielos "Ocean Viking" pudo aportar una serie de fotografías que corroboran la matanza que se está llevando a cabo. En algunas imágenes podemos ver a dos rorcuales aliblancos siendo arrastrados por la rampa del buque factoría, uno de ellos una cría. Pese a la evidencia, la empresa japonesa lo desmiente, y argumentan que la supuesta cría no es más que una ballena de "pequeño tamaño", y advirtió de que Australia está realizando propaganda de índole emocional.

El siguiente vídeo es una prueba más de la sangría indiscriminada que se está llevando a cabo.



El gobierno Australiano pretende utilizar éstas y otras imágenes como pruebas ante un tribunal internacional para conseguir erradicar la caza de ballenas.

A la vista de todos estos incidentes se hizo pública una encuesta realizada entre la población japonesa que revelaba que el 65% de la población estaba a favor de la caza de ballenas, y un 56% estería dispuesto a comerla, mientras que sólo un 26% declaraba abiertamente su oposición.

El sondeo reveló que la mayoría de los apoyos a la caza ballenera se encuentra entre los hombre de mayor edad, y el grupo más opositor es el de mujeres jóvenes.

Ante esta situación el Comisario Europeo de Medio Ambiente, Starvos Dimas, destacó la urgente necesidad de mostrar una imagen de unión y de protesta de la UE. El Dimas pidió a los países comunitarios que alcancen una posición común para reforzar los esfuerzos de rotección de las ballenas, y destacó la clara desobediencia de la flota japonesa ante las ppeticiones de la CBI. Por otra parte, el Comisario de Pesca y Política Marítima, Joe Borg, instó a llevar una postura única y fuerte de la UE ante la próxima reunión de la CBI en Junio y destacó que la investigación científica no debe usarse para encubrir la caza continuada.

A la vista de esta "serie de catastróficas desdichas", una no puede sino hacerse eco de estos tristes acontecimientos, y que cada día alguien más pueda descubrir la lamentable realidad y la situación de los cetáceos en el mundo, con la esperanza de que pronto seamos tantos que consigamos cambiar las cosas. Muchas gracias por leerme!


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