El pasado mes de agosto el equipo de Fernando Muñiz encontró un fragmento fósil en Lepe perteneciente a un cráneo de ballena extinguida hace más de 2 millones de años. Este hallazgo posee una antigüedad de unos 4 millones de años, y corresponde a la familia Cethoteridae. El fragmento de cráneo mide unos 50 cm, estimándose en unos 90cm su totalidad, por lo que se piensa que este cráneo podría pertenecer a un individuo de unos 3-4m. Estos animales se caracterizaban por ser cetáceos con barbas, de pequeño tamaño. El experto en cetáceos del Terciario, Raúl Esperante (Geoscience Research Institute de California), ha confirmado el hallazgo. Los restos de cetotéridos suelen encontrarse al mismo nivel estratigráfico que las ballenas de la familia Balaenopteridae (rorcuales), de características muy similares a las del rorcual azul o las del rorcual común, y que surgió 15 m.a después, probablemente a partir de los cetotéridos.
Este grupo de ballenas se remontan al Oligoceno (40 m.a) y se contabilizan más de 30 géneros y 60 especies que se diversificaron hasta el Piloceno, período en el que se extinguieron. Afortunadamente el fragmento conserva parte de la mandíbula inferior y la bulla timpánica, que podría desvelarnos exactamente el género al que perteneción este individuo.
El Dr. Esperante señala que, gracias a la buena conservación del fragmento, será posible realizar un molde cerebral, y poder así medir su capacidad craneal y comparar su grado de evolución con las ballenas actuales.
Este hallazgo es de notoria importancia dado que el registro fósil en España del grupo de los cetotheridos sólo cuenta con fósiles de un individuo de Cetotherium sp. (Villafranca del Penedés).
Hasta la fecha, todos los restos fósiles de ballenas encontrados en Huelva, correspondían a la familia Balaenopteridae (cabezo de la Joya, La Nicoba).
El 10 de septiembre conocimos la noticia de que nuevos restos fósiles de ballenas habían sido hallados de nuevo en Huelva. Álvaro Oliver, un niño de tan sólo 10 años fue quién realizó el hallazgo mientras buscaba cangrejos junto a su padre. Más de 80 fragmentos con una antigüedad aproximada de 3,6 - 5,3 m.a correspondientes al Plioceno inferior, han sido hallados en la Playa de Nuevo Portil, Huelva.
Los restos hallados podrían correspoder a más de 4 individuos: 36 vértebras, 3 fragmentos de neurocráneo, 2 fragmentos de rostro, 9 fragmentos de mandíbulas, 14 fragmentos de costillas, 1 costilla completa, 1 escápula, 3 húmeros, y otros fragmentos aún por determinar. Estos restos podrían pertencer a rorcuales azules y comunes, incluyendo un ballenato.
Fernando Muñiz explicó que la extraordinaria acumulación de restos podría deberse a la configuración de la costa y a la influencia de las corrientes hace 4 m.a.
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